En un evento de Gestionando hijos en 2016, el gran Carles Capdevilla (periodista y director del diario ARA) habló de la difícil relación entre padres y profesores. En su ponencia, decía que desde que tuvo a su primera hija, descubrió que si iba a dejarla todo el día con una persona, “lo más lógico era confiar en esa persona y no criticarla delante de la puerta”. ¿Por qué entonces hacemos esto las madres y padres? ¿Por qué criticamos a los maestros y profesores de nuestros hijos? Añadía Carles un ejemplo muy bueno que se nos ha quedado grabado: “Para mí, un padre o una madre que critica a su maestro es como el aficionado que silba a su propio portero”.
Por alguna razón, las madres y padres no nos entendemos con los profesores de nuestros hijos. Si ponen muchos deberes porque ponen muchos deberes; si no los ponen, otros dicen que por qué no los ponen… Hay padres que no se fían de cómo imparte el profesor los contenidos (o incluso ponen en duda su capacidad), se entrometen y, muchas veces, hasta discuten estos temas delante de los hijos. ¿El resultado? Que los niños no se toman en serio al profesor y le faltan el respeto.
De siempre ha habido a la salida del colegio grupitos de madres y padres que se quedaban a comentar (o criticar) al profe o la profe. Pero es que ahora encima se han creado los terroríficos grupos de WhatsApp de padres, que son capaces de montar una verdadera revolución.
¿Qué pasa con los maestros y profesores? Ellos se sienten juzgados por los padres, poco respetados por las familias y los alumnos, cuestionados… Y esto favorece que muchos estén desmotivados.
¿En serio esto es lo que queremos? ¿Profes desmotivados y familias descontentas con los profesores de sus hijos (con quienes les dejan muchas horas todos los días)? Como decía Capdevilla, como madres y padres tenemos que apoyar a los maestros y profesores, hacerles sentir que confiamos en ellos, animarles, ayudarles si lo necesitan e, importante, “¡agradecerles la labor que hacen!”. Así, nuestros hijos les respetarán y ellos, los docentes, por su parte, estarán positivos, ilusionados, motivados “y querrán a sus alumnos más que a su asignatura”.
Madres, padres y profesores somos un equipo. Tenemos que trabajar juntos para conseguir el éxito educativo de nuestros hijos y, por eso, te pedimos que firmes el Pacto por la educación en equipo. Consiste, simplemente, en comprometerse a cumplir diez puntos, en el caso de madres y padres, algunos tan sencillos como estos:
¿Fácil, verdad? Lee el resto de puntos aquí ¡y súmate a la iniciativa!
Si eres profe o maestro, te pedimos que cumplas diez puntos también. Entre ellos, destacamos estos:
Igual que con las madres y padres, te pedimos que sigas leyendo el resto de puntos y te comprometas a cumplirlos firmando el Pacto.
Ya somos muchos los que confiamos en que trabajando todos juntos en equipo lograremos el éxito educativo. ¡Te necesitamos a ti también!
1 Comment
Es un decálogo en el que creo y como maestra lo pongo en práctica. Las familias de mis alumnos saben que somos un equipo a la hora de educar a sus hijos. Debemos mantener un diálogo y un compromiso común para que nuestros alumnos e hijos crezcan seguros y respetuosos con los adultos que les educan y forman.