Cuando presentamos la campaña El mejor colegio del mundo nos enteramos de lo siguiente:
Lo recordamos en esta parte de la película:
Como señala en el vídeo Javier Palop, director de la Fundación SM, la clave de la calidad en la educación es el tiempo. Tenemos que pasar tiempo con nuestros hijos, es importante tanto para su educación como para su desarrollo personal. ¿Y cómo es nuestro día a día, nuestra realidad? Una carrera de “hoy recoge a los niños la abuela, mañana se quedan en casa de su amiga hasta que lleguemos alguno de los dos”, etcétera. Como dice uno de los padres del vídeo, “tiramos de familiares, de amistades… Al final, el tiempo que podemos dedicar de manera conjunta es reducido”.
Tiempo reducido, ok. ¿Pero si es “tiempo de calidad” vale? Oímos hablar muchas veces de ese concepto del tiempo de “calidad” contra “cantidad”, haciendo referencia a que si el tiempo que pasamos con ellos es bueno, vale, aunque sea breve. “No he visto emplear esa expresión en ningún área que no sea la relación con los hijos. No se habla del tiempo de calidad en el trabajo, en el ocio, etc. Se habla del tiempo de calidad con los hijos como una forma de excusar la falta de tiempo con ellos, con el argumento de que más vale que el tiempo sea de calidad que simplemente acumulación de tiempo”, nos argumenta el psicólogo Alberto Soler. “Como si cantidad y calidad fueran incompatibles. Al final, acabamos conformándonos con el poco tiempo que podemos pasar con nuestros hijos, pero nos consolamos con que ese poco tiempo es ‘de calidad’”, añade.
Lo que tenemos que tener claro es que lo importante es que pasemos tiempo con ellos, que nuestros hijos sepan y noten que estamos presentes, aunque haya momentos de aburrimiento, de jugar solo él en su habitación mientras tú lees un libro o de ir a la compra juntos. Cuando el niño está toda la tarde en actividades extraescolares o con otras personas que no son su madre o su padre, siente mucho esa falta y como nos explica Soler, “cuando la figura de la madre o padre no está presente, el niño se muestra más demandante, con peor humor, más inquieto… Eso desorienta a los padres. No entienden cómo puede tener esa ‘buena conducta’ en la guarde o con los abuelos, pero luego comportarse así en su presencia. Pero es algo normal, al estar con otras personas contienen, y cuando están con su madre, sacan todo lo que han estado acumulando”.
También Alberto nos pone otro ejemplo que seguro que habéis vivido en casa muchas veces: “Sucede que cuando los padres llegan tarde, los niños se suelen activar mucho, quieren aprovechar el tiempo al máximo con ellos, pero a esas horas ya toca irse a la cama, lo que acaba generando conflictos en el poco tiempo del que se dispone”. ¿Te suena?
Ya hemos quedado en que la clave de todo es el tiempo, pero ¿cuál es el problema? Las largas jornadas de trabajo, la poca flexibilidad en las empresas… La falta de conciliación. Y si la falta de conciliación afecta en el tiempo (escaso) que le dedicamos a nuestros hijos, y eso afecta de manera directa a la educación de nuestros hijos, que crecen y en unos años estarán buscando empleo, la falta de conciliación se convierte en un problema social.
Como nos cuenta Soler, “poco a poco va creándose un poco más de conciencia social alrededor de este tema, pero queda mucho por hacer. Las labores de cuidado están invisibilizadas, son despreciadas a nivel social. Se ve a la madre o padre que cuida o pasa tiempo con sus hijos como persona poco productiva”. Te puedes acoger a una reducción de jornada, por ejemplo, pero sabemos que con esa persona se deja de contar en la empresa, ya no se ve como productiva. Añade Alberto que “es necesario seguir avanzando en este sentido, exigiendo a las empresas mejores condiciones para la conciliación, y a los gobiernos, leyes y medidas que aseguren crear las condiciones necesarias para que las familias puedan llevar a cabo su día a día del mejor modo posible”.
La conciliación requiere la colaboración de todos. Por eso, Gestionando hijos y la Fundación SM hemos creado el certificado Empresa equipo educativo. ¿En qué consiste? Proponemos a las empresas que se comprometan a cumplir 6 puntos para que sus empleados puedan implicarse más en la vida escolar de sus hijos y en su desarrollo personal. Por ejemplo, que las empresas faciliten que los padres puedan acudir a las tutorías de los hijos, que permitan el teletrabajo cuando los hijos de los empleados no puedan ir al colegio o que puedan asistir a los eventos y festivales del colegio. ¿Fácil, no? ¡Y gratis! ¡Súmate a esta iniciativa!
2 Comments
Yo creo en ello el texto está de 10,yo en mi ejemplo estoy a media jornada laboral y renunciando a la mitad d mi sueldo para poder dedicarle el mayor tiempo posible al peke ya de 4 años para mi me merece la pena,crecen demasiado pronto y hay k disfrutarlos k para eso los hemos tenido,vaya yo solo uno pero porque con dos ya si k seria mas complicado todo,un saludo…
Es perfectamente comprensible que si no educamos en valores y nuestros hijos son el futuro que esperamos?gracias