5 habilidades para ser madres y padres competentes
¿Cómo queremos que se desarrollen nuestros hijos? ¿Cómo queremos que sean de mayores? ¿Qué hay que tener para ser padres competentes? Vamos a ver en este vídeo qué dijeron las madres y padres que participaron en nuestra campaña El mejor colegio del mundo, que hicimos conjuntamente Gestionando hijos y la Fundación SM:
“Tu hijo tiene que ser es una persona capaz de desenvolverse lo mejor posible en el mundo, interaccionar, ser capaz de negociar”; “tienen que saber interactuar, relacionarse”. Esto es lo que dicen algunos de los padres en el vídeo. ¿Estamos todos de acuerdo, no?
Además, uno añade: “Los padres tenemos un papel fundamental”. Las madres y padres no nos podemos quedar de brazos cruzados, sino que tenemos que esforzarnos por mejorar nuestras habilidades educativas.
Habilidades para ser padres competentes
Según el I Estudio sobre la actitud de los educadores hacia el rol de madres y padres en la educación, los hijos cuyas madres y padres desarrollan habilidades educativas obtienen mejores resultados. ¿De qué habilidades hablamos? Destacamos las siguientes:
Autonomía: Dice la pedagoga Maite Vallet que “la tarea de los padres consiste en ayudar a sus hijos a adquirir la autonomía necesaria para realizar su propio proyecto, a la vez que aprenden a respetar el proyecto de vida de los demás. Se trata de ayudarles a crecer, desarrollando sus valores, mientras desarrollan su generosidad y su empatía”.
Independencia: Además de la autonomía, Vallet señala como importante que las madres y padres “deberíamos organizar nuestra vida reservando un tiempo para nosotros mismos, para nuestros hobbies. Los hijos son importantísimos, pero no son lo único”. ¿A qué se refiere la experta con esto? A que es importante que los hijos no se crean el todo en nuestro proyecto de vida, porque entonces “crecen dependientes y tiranos”, señala Vallet. “Si solo les miramos a ellos sin dejar claro que nosotros también tenemos vida propia, no aprenden a ponerse en el lugar del otro, a pensar en los demás”, añade. Debemos fomentar su empatía.
Nuevos retos y aprendizajes: Unido al punto anterior, en este hacemos hincapié en que no nos tenemos que desvivir hasta el punto de renunciar a todo por nuestros hijos. También es bueno que ellos vean que nos ponemos nuevos retos, como si de repente nos ponemos a estudiar la carrera que siempre nos quedamos con las ganas de estudiar, o nos marcamos que nos vamos a leer un libro al mes, o nos apuntamos a flamenco porque nos encanta. Además de darnos una ilusión tremenda a nosotros mismos (y reservarnos ese espacio para nosotros), a nuestros hijos les anima a hacerlo, fomenta que sean inquietos y que se vayan marcando retos.
Habilidades sociales: Somos el mejor ejemplo y modelo para nuestros hijos. Lo que ven de nosotros, lo tienden a imitar, por eso debemos tener mucho cuidado con cómo nos comportamos: cómo nos relacionamos con nuestros amigos, con la familia, con el dependiente de la tienda cuando vamos a comprar; si sonreímos, si nos quejamos mucho, el tono que empleamos normalmente al hablar… Ellos lo copian todo.
Amor incondicional. El psicólogo Antonio Ortuño destaca como algo fundamental que tiene que hacer toda madre o padre procurar “que nuestro hijo se sienta querido sin condiciones, haga lo que haga, y tenemos que demostrarle siempre mucho amor”.
Si en la medida de lo posible conseguimos desarrollar estas habilidades, lograremos que nuestros hijos, cuando crezcan, sepan desenvolverse en el mundo, sepan relacionarse e interactuar con otras personas, sean autónomos, responsables y, en definitiva, felices. Al fin y al cabo es lo que queremos todos, ¿no?
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