¿Sabías que…
… de cada 5 niños escolarizados, 1 sufre bullying en España?
… España es el cuarto país de Europa con el índice más alto de acoso escolar?
… y que se produce sobre todo en 5º y 6º de Primaria?
Debemos enfrentarnos a este tema, no mirar hacia otro lado o hacer como que no nos damos cuenta. La asociación No Al Acoso Escolar (NACE) ha creado un decálogo para acabar con el acoso escolar. Entre estos puntos destacamos los siguientes:
- Visibilizar el acoso escolar en los centros educativos, porque lo que no se nombra no existe.
- Incorporar la educación emocional desde la etapa de Infantil y trabajar las emociones en situación, y no de forma teórica.
- Obligar a todos los colegios a tener un Plan de Prevención del acoso escolar efectivo, como es el caso del Programa T.E.I. (Tutoría entre iguales).
- Concienciar y formar al profesorado de manera adecuada y amplia sobre el tema, incluyendo el bullying en los planes de estudios de Magisterio, Pedagogía y Psicología, y también en la Formación Permanente.
Dice Carmen Cabestany, secretaria de esta asociación, en una entrevista de Gestionando hijos, que “en la mayoría de los colegios sigue siendo un tema tabú”. ¿Por qué? ¿Por qué seguimos pensando que son “cosas de niños” cuando es un tema grave que afecta, según sus cifras, a dos millones de niños? ¡Es hora de ponernos las pilas!
¿Se puede detectar a tiempo un caso de acoso escolar?
Lo que tenemos que hacer es observar. Mediante la regla de las 4 Cs, tanto las madres y padres como los profesores podemos detectar si un niño está sufriendo acoso escolar.
- Cambios: Bajada de notas, cambio en los ritmos del sueño (dificultad para dormir, insomnio) o de la comida (a veces caen en anorexia o bulimia), pérdida o deterioro frecuente del material escolar, cambio de itinerario para ir al colegio, desinterés por salir o relacionarse, pérdida o cambio de amigos, señales en el cuerpo (moratones, arañazos…) o en la ropa (descosidos, falta de botones, extravío de prendas…), irritabilidad o mal humor en casa (protesta, no hay quien lo aguante…), llanto aparentemente injustificado…
- Campanas: “Hacer campanas” es “hacer pellas”, “hacer novillos”, no querer ir al colegio; es decir, absentismo. El menor acosado presenta el síndrome del “domingo por la tarde” (dolor de cabeza o de estómago, náuseas…), que no es otra cosa que la somatización de la angustia y del miedo.
- Cuerpo: El niño se encoge, mira al suelo, quiere pasar desapercibido, se asusta fácilmente ante cualquier gesto, pierde la alegría.
- Costumbres: ¡Esto es una señal sobre todo para profes! Si llega el último a clase o sale el primero es para no coincidir con sus agresores. Si pide ir al lavabo fuera de la hora de patio es porque no ha querido coincidir con ellos en ese lugar donde los encierran, los mojan, les bajan los pantalones… Si no quiere salir a la pizarra es porque se siente vulnerable ante ellos (se mofan por su forma de expresarse, por la ropa que lleva…). Si se acerca frecuentemente al profesor, con cualquier excusa, es porque busca su protección.
Si quieres leer más sobre este tema, te recomendamos este especial contra el bullying que realizó Gestionando hijos, con todas las claves sobre qué hacer y qué no hacer, entrevistas u origen del acoso escolar. Una cosa está clara: no debemos permitir que los niños sufran en su centro educativo.